Los Crivello ¿Su familia cultiva su historia?

juan crivello, sentado en el coche

by juan re crivello

 

Esta semana me visita el jefe del clan de los Crivello. El albacea del apellido. Cada grupo posee alguien que cuida de su historia. Mi tío, dueño de la ironía y la felicidad. El primer arquitecto en construir estadios sin columnas entre medio, o techos de casas ovalados. Alguien que fabrica la maqueta como los antiguos, con cartón y coloca los arbolitos par ver la escala humana. El viernes estará en Barcelona. Los Crivello se remontan hasta el año 1600, igual que lo Re. Han vivido siglos a tan solo escasos 30 kilómetros en el Norte de Italia, y se han unido en América. En una época fueron los extremos, los Crivello, vigorosos y constructivos, los Re el desastre y la autodestrucción. De los cuatro Re que quedan, sabios e intensos (3 hombres en Europa y una mujer en América) podemos decir que han recuperado su fe en la vida, pero en los largos años de la destrucción, su ancla fueron los Crivello.

Las familias son inmensos campos de amor y duras advertencias sobre el futuro. Algunos superan las metas, otros se quedan asombrados en su propio ego y claudican. Quien me visita es hijo de Juan Crivello, gran emprendedor. Cuando nadie lo imaginaba el abría una gasolinera, o un hotel. La vida le retiró muy pronto. Aquel periodo turbulento fue una cita con la autodestrucción, nuestro albacea aguanto firme la herida y recupero el brillo y la felicidad. Debo reconocer que mis sueños están atados a su fuerza vital, pero es difícil gestionar la ausencia de fe, o las desigualdades de las horas bajas.

La inteligencia posee grandes peligros, uno de ellos es la soledad.

¿Me preparo para ser albacea? No es posible, en las jóvenes generaciones estará quien comprenda que un apellido es una suma de deseos que hay que llevar con orgullo, pero cuidar con esfuerzo. Por ello –si me permiten- diremos que la sabiduría y la historia de sus esfuerzos están entrelazadas en millones de personas, ese árbol gigantesco late en millones de familias, algunas le desprecian, otras la cultivan.

¿Qué desearía Ud. para su familia? Espero su comentario con sumo agrado.

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