
“Les dijo que era Hákim hijo de Osmán, y que el año de la Emigración había penetrado un hombre en su casa y luego de purificarse y rezar le había cortado la cabeza con un alfanje y la había llevado hasta el cielo” pág 87 jorge Luis Borges Historia Universal de la Infamia
Ayer me llego una llamada a través de un familiar, mi interlocutor iba a firmar un contrato con un editor y me consultaba si su manuscrito podía ser escrito en 5 meses. Desde que soy editor recibo muchas consultas que me obligan a reflexionar. Siempre respondo de manera sincera y directa. ¿Se puede escribir un libro en 5 meses, como cortar una cabeza y llevarla al cielo como en la cita de Borges?
Al escribir, como toda actividad sometida a la creación nos enfrentamos al guion mental. Una idea que nos atenaza, un sueño que nos maltrata o un recuerdo. Ese es el hilo conductor, luego aparece el índice, y poco a poco crece en nosotros un desarrollo. No es lo mismo escribir un libro autobiográfico pues aquí nos arrancamos la piel y debemos reconstruir la verdad oculta tras esa vida, o de memorias donde la documentación puede ser escasa o maltratada por la psique de quien la dicta; si es poesía dejamos fluir y luego ordenamos, y si es una novela debemos aceptar que el prota nos manipulará hasta que le debamos cortar la cabeza y llevarla al cielo.
Me falta el ensayo, puede ser médico o social, o histórico. Escribir ensayo es ponerse de frente a la vida y sus variantes. Es aceptar que la crítica puede ser despiadada. Es reflexionar mientras escribes. En mi caso, práctico el ensayo teñido de texturas donde se mezclan la verdad, la mentira, la ficción, o la predicción sobre el futuro, o la reconstrucción del pasado dejando que hablen sus protagonistas.
También es un gesto político. Al visitar territorios antiguos puedo hablar sobre el presente. Alguno dirá: cuándo te sientas frente a la hoja en blanco ¡menuda responsabilidad! Aquí hay que rapear, o sea escribir sin contemplaciones, sin miedo a los demás.
De última, este es un oficio antiguo –y asumo que no está en extinción, pues todo movimiento humano, de robótica o de Inteligencia extraterrestre necesita un guion-. Si me acompaña, diríamos:
—La última vez que visite a mi padre el me presto una bici para que paseará por su pueblo. Cada pedaleada me llevaba hacia lo más íntimo de mi vida. Cada segundo aparecía concentrado en su vida desgraciada y mi abandono. La bici era una catástrofe de verdades que no podía detener (1).
¿Oficio? Como verán muy antiguo
Nota:
Si va a escribir solo piense que la Historia Universal de la Infamia de Borges tiene tan solo 137 páginas y fue un gran libro. No hablamos de tamaño, sino de capacidad de comunicar con su lector. De crear guiones…
(1)Memorias. J re crivello
Dímelo a mí, Juan. Que pensaba: ‘bueno, enjareto 15 relatos que tengo, pastiches de Poe, y le pongo una tramilla quebrada y eso es ‘Poe no ha muerto»… Y llevamos ya un año con esto, y no dejan de venir a mi habitación Poe, ¡y ahora Marie! diciendo que les de más vida. 🙂
Por cierto, preciosa ilustración.
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Si, a veces hay que escribir y los protagonistas no quieren marcharse… Buena semana un abrazo j
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Leo algo siempre algo en el medita torio de la taza sanitaria. Desde aquí viajé con el Ingenioso Idalgo. El baño y la taza es como el módulo espacial del desconocido cosmonauta
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