
“No importa tanto lo que me han hecho, sino lo que yo hago con lo que me han hecho” J. P Sartre
Dice Joan Garriga: “si rechazamos nos debilitamos (…) En cierto modo permanecemos como niños tiránicos que decimos a la vida y a nuestros padres cómo deberían ser, en lugar de aprender de lo que es, de tomarlos como son o fueron” pág. 41 (1)
Yo fui un niño tiránico, en la medida que la disputa entre mis padres en un matrimonio desquiciado y cruel no me permitió muchas veces reconciliarme con los aspectos positivos de sus personalidades y aceptarles tal como eran. Agrega Joan Garriga: “quien amputa una parte de su trayectoria se encuentra eternamente en fuga, intranquilo”.
Los años (y dos terapeutas mujeres) pueden dar la paz y llevarnos a aceptar nuestro pasado y desde aquel inmenso espacio de sabiduría hacer crecer la fuerza para crear una personalidad brillante. Ese espacio fue mi vida y es. Me pregunto, le pregunto estimado lector: ¿está aceptando a sus padres?, ¿ha dejado de ser niño tiránico? Bienvenido pues, a una era donde sus capacidades emocionales turbadas pueden ser más ricas.
Es allí en el dolor, donde descubrimos nuestro lado humano.
Nota:
¿Dónde están las monedas? Joan Garriga Institut Gestalt