
by j re crivello
“Malou tiene algo en la mirada que no puedo describir. Cuando te mira sabes que allí dentro hay algo más. Es una criatura que me conmueve profundamente” Dice Brian Hare de una hembra Bonobo de 4 años y medio.
La aparición en escena de un buen amigo y poeta, me hizo preguntar por la poesía. Una inquietud un tanto retórica y con dificultades en un mundo donde aflora la violencia, el hambre y la inconstante irracionalidad humana. Pero pude recordar que en una clase de filosofía durante una charla mantenida con dos alumnos, en el texto que analizábamos se hablaba de los simios Bonobo:
“Como los únicos animales que eran capaces de separar las necesidades reproductoras de las necesidades sexuales”.
Aunque en un principio provocaría las habituales carcajadas, mi reflexión fue la siguiente: son los únicos que comprenden que es mantener la especie y lo que significa irse de copas.
En una entrevista Brian Hare define a los Bonobo como: “pequeños, con caras finas y negras y labios intensamente rosados. Suelen caminar largas distancias en posición bípeda. Yo quiero mucho a los chimpancés porque he trabajado con ellos, pero a los bonobos los adoro. Un chimpancé es ese chico del colegio que uno quería ser; el bonobo es aquel con el que uno siempre quería estar. Son muy divertidos, te miran directamente a los ojos y… sí, sé que no debería humanizarlos, pero se las ingenian para convencerte de que significas algo para ellos”.
Para retomar nuestro hilo de reflexión, hacer poesía es este segundo aspecto de nuestra calidad animal. Al escribir uno se enfrenta a la vasta sensación de soledad que provoca nuestra separación de la naturaleza primitiva.
¿Y qué enunciamos? Todo lo que no es reproductivo. La muerte, la des-validez, la furia del amor, la complicidad con el gusto inmediato y excitante, la miseria y el egoísmo, la imbecilidad del poder, la carencia de afecto paterno o materno.
A todo le traducimos en imágenes y, con fe ciega lo incrustamos en nuestra memoria. Desde este territorio liberamos las líneas que impregnan diferentes versos. Como por ejemplo:
Eran dos camaradas
Uno amaba lo oral
El otro el silencio
Hasta que se incrusto entre ambos
Una rabia y un odio que sepulto sus sonrisas
Hasta siempre (1)
Notas:
(1) Los genes de Mingo. Libro de poesía no publicado.
(2) –“Algunos estudios dicen que evolutivamente los bonobos están por encima de los chimpancés.
–Sí, porque son más tolerantes unos con otros. Yo estudio cómo se relacionan entre ellos sin tener en cuenta el rango social, la jerarquía o el sexo. El objetivo final es hallar las raíces de nuestra propia convivencia. Si queremos conocer la evolución humana, necesitamos trabajar con bonobos porque nuestro ancestro probablemente era muy similar al suyo.
El biólogo Richard Wrangham, de la Universidad de Harvard, estudia primates en libertad. Según él, los chimpancés son como los pandilleros de las ciudades que no se llevan bien entre ellos. Van a las tribus vecinas a matar a los machos jóvenes, igual que los humanos cuando hacemos la guerra. Wrangham se dio cuenta de que los bonobos no son así. Nunca se ha observado una interacción fatal entre distintos grupos. Tienen relaciones pacíficas” -agrega en la entrevista Brian Hare. Fuente: revista Muy Interesante