
Termina esta serie hoy amigos, donde hemos reflexionado sobre aspectos que rodean a nuestras vidas. Friends, this series ends today, where we have reflected on aspects that surround our lives. J re
– Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte (El Principito)
“En la fotografía, un soldado nazi de las SA está de pie junto a él. Stern protestaba por el boicot a las empresas judías iniciado por el gobierno alemán de Hitler y el partido nazi, que había tomado el poder apenas dos meses antes. Esta fue la primera acción oficial de Hitler contra los judíos alemanes. Stern resultó ser el único manifestante judío contra los nazis en Colonia el 1 de abril de 1933”. (ver Link)
La acción de Stern nos lleva a comprender la frase de El Principito, nuestras acciones individuales son decisivas aunque parezcamos individuos solitarios en el desierto. Si queremos, podemos hacer nuestra la frase con la cual los judíos recuerdan a Schindler: “el que salva una alma, salva el mundo entero”
Este descenso a la fría ducha de la solidaridad, o del compromiso individual ante tareas que pueden ser gigantescas o no, convierten este mundo en nuestro. Lo hacemos parte de nosotros cuando reservamos una acción que el tiempo o el presente le condenan pues los demás por comodidad, por inacción o miedo tienden a renunciar,
¿Cómo sabemos cuándo ha llegado ese momento? Lo intuimos, necesariamente la vida nos ha llamado a trascender las acciones individuales de mediocridad y comenzar una nueva vida que los demás juzgan inaudita.
Aquel Stern de 1933, o aquel Schindler que logró que de Auschwitz salieron 300 mujeres, cuando en toda la historia del campo no ocurrió nunca, son ejemplos extremos. Pero muestran el significado de nuestra vida. O aceptamos vivirla rodeados de las cosas, del consumo, o extraviados de nuestra humanidad, de aquello que nos distingue de los demás seres vivos.
Aun hoy, muchos judíos salvados por Schindler cuando les preguntan responden que están agradecidos, pero no pueden entender que le llevaba a Schindler a hacer lo que hizo.
Lo que embellece al desierto es que esconde un pozo en cualquier parte.
Stern lo sabía, no conocía esta frase del Principito. Tal es así que antes de ir a la II Guerra Mundial (ya había participado en la I Guerra) “donó sus medallas de guerra alemanas (incluida una que recibió del propio Hitler, que no se había dado cuenta de que Stern era judío) a la campaña nacional de chatarra en apoyo del esfuerzo bélico”
Desprenderse de la chatarra, de los honores, o enfrentarse a la chatarra, a la maquinaria bélica de Putin que intenta ahogar a Ucrania, un país con deseos de paz es una manera de manifestarnos ante la multitud de acciones que nos alejan de nuestra capacidad de ser humanos.
Infinitas acciones individuales nos esperan cada día. Está en nosotros elegirlas. Está en nosotros comprender cuál es la que nos ha llamado para ponerla en marcha.
Buen jueves, amigos
Notas:
—Dice la I. A. (Google) : Desde su apertura como campo de concentración en 1940 hasta su liberación a principios de 1945, alrededor de 1.300.000 personas fueron deportadas a Auschwitz. De ellas, 1.100.000 murieron. La mayoría eran personas judías, pero había también prostitutas, homosexuales, prisioneros de guerra rusos, gitanos…
Solo salieron de ese 1.300.000, tan solo 300 mujeres, gracias a Schindler.
— Richard Stern incluso le dio el folleto al soldado de las SA que estaba a su lado. Esto fue particularmente valiente ya que había una estación de periódicos nazi justo al lado de su tienda. Una hora más tarde fue arrestado y llevado a la jefatura de policía. Mientras estaba sentado allí, se sintió nervioso. Un oficial de policía que, como muchos otros, se había unido al partido nazi por órdenes de Hitler, se acercó a Stern porque lo conocía.
Él preguntó: «¿Qué haces aquí?»
“Me arrestaron”, respondió Richard Stern.
Será mejor que te vayas de aquí.
El policía vio a Richard Stern como un amigo porque también era un veterano de guerra (de la I Guerra Mundial) alemán y lo dejo salir por la puerta trasera.