Buggs & Vilanova i La Geltrú —01 by j re crivello

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“Estoy en la Torre del campanario justo debajo del Ángel”

El mensaje entro en mi WhatsApp, era de Buggs. “Voy” —conteste mientras preguntaba “Buggs Bunny ¿qué haces aquí?”

—Me han dado un mes de vacaciones en Hollywood y un helicóptero me ha dejado aquí a 55 metros. Esta torre aún tiene relatos inscritos de la Guerra Civil, de los soldados que montaban guardia. Mientras cerraba la puerta de mi casa a 700 metros me preguntaba como lograría entrar allí. Llamé a un amigo, un tal Amaré, quien tiene un Taller de pintura y sin decir quien estaba allí me puso en contacto con un tipo que vive al lado de casa. Al salir dije: “Amaré me ha dicho que le deje la llave de la torre que quiere pintar una obra” Me gustaba mentir, sin hacer daño. El tipo no muy alto y un fino bigotito, miró su taquillón y me dejo una llave de hierro. Al llegar a la torre que está al lado de la iglesia y fue construida hace 300 años mire a ambos lados y abrí. Eran las 7 de la mañana. Subí las escaleras espantando las palomas cada tanto. Al entrar Buggs me salto encima:

Hola, j re —dijo. Estaba un poco más delgado y un bolso pequeño le acompañaba. “Verás, estaba harto de hacer películas. Trabajo desde los años 30. Vi un texto tuyo que hablaba de mí y me decidí verte. La Warner me puso un avión y este helicóptero”.

¿Has desayunado? —pregunté

—Yo soy de cine, de dibujos. Solo comemos lo que el guionista dice. Bueno ahora soy unas líneas de código. Pero me he liberado. Cuando ellos me necesitan soy el código, cuando no, un simple dibujo que vive en una casona debajo del cartel de Hollywood. Azorado y con la llave en la mano, me senté en aquella torre inclinada.

¿Qué quieres hacer?

—Verás, y saco una lista mientras la lengua iba y venía. Quiero conocer la Biblioteca donde se esconde el Comandante, la Casa Romántica, La torre de la inmortalidad, y el Faro de Sant Cristofol. Ten en cuenta que yo puedo entrar y salir a través de las paredes ¿Y tú? Reflexione, debía conseguir todas las llaves de esos espacios.

—Necesito un día para poder organizarlo, y mientras tanto te vienes a casa. Al fondo de mi patio hay una habitación rectangular y un árbol bastante alto. Y… como solo te veo yo, nadie sabrá con quien voy o hablo. Buggs recogió su petate, se hizo un selfie para su red y bajamos. Al pasar por la Rambla insistió en tomarse un helado. Nos sentamos y pedí dos.

—Mira —dijo Pude ver a un grupo de turistas con la piel roja de tanto tomar el sol. Reímos un rato.

A mi mujer que le diré —pensé.

Nota:

El campanario de Sant Antoni es un monumental edificio que con sus 55 metros de altura (incluyendo el ángel) continúa siendo el más alto de la ciudad, 300 años después de su construcción.

Una de las curiosidades del campanario es que su base presenta un leve grado de inclinación, que puede observarse desde determinados puntos de la calle.

«Pero a medida que se fue construyendo, la obra se fue rectificando y una vez se está arriba no se tiene la sensación que la torre esté inclinada», explica Jordi Pérez, responsable de la empresa Arc Gestió Cultura (Link)

El campanario de la iglesia de Sant Antoni Abat, con la escultura del ángel, obra de Fidel Claramunt. Foto: AirMasdeu Drones.

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