EL ESCRITOR by Maya Caravella Castillo

Hoy termina la serie agosto y la despedimos con una joven escritora Maya Caravella Castillo que vive en Madrid y demuestra que Masticadores es una fuente inagotable de talento. Mañana regreso y tengo preparado un borrador que lo he titulado Porque escribo… Ya Barcelona (este blog cumplirá 12 años y atravesará las 260.000 visitas).

Los hitos son como sonidos que nos da la vida para abrir otras direcciones.

A todo los escritores/as que han participado mi agradecimiento. Hasta mañana amigos

J re crivello

He visto a un hombre que podría dominar el mundo. No habla, solo observa.

Con paciencia de cazador es capaz de permanecer clavado en la misma posición mientras la vida transcurre a su alrededor. Prefiere pasar inadvertido así que esconde su rostro: los ojos diminutos y arrugados en una fina línea se agazapan tras unas gafas de alambre; el resto, a excepción de la nariz afilada, se oculta tras una barba grisácea y frondosa que sobrepasa el cuello. Siempre lleva el mismo abrigo de lana. Desgastado por el tiempo no logra ocultar las manchas de tinta ya permanentes que decoran los puños de su camisa. Y de sus manos. Una de ellas sostiene una pluma dictadora; la otra, un bloc de notas con el que es capaz de atrapar, traducir, trastocar y dar rienda suelta a la vida con un solo vistazo y una rápida anotación.

Su escrutinio apuntaría a una mujer que pasa por su lado. Carga un abrigo de visón añejo y en su cuello se descifra un collar de perlas de forma perfecta y textura suave. Su cabello, largo y cenizo, se nota seco y rígido, y está coronado con un desproporcionado sombrero de ala ancha que podría ocultar los inicios de un rebrote de cabello natural. Bajo las enormes gafas de sol, se intuyen varias cicatrices hundidas en una hinchazón berenjena que levanta sus pómulos y se extiende hasta el labio superior, arrebatando cualquier signo de expresividad a un rostro esculpido en cera. Finalmente, repararía en el bolso que cuelga de su hombro y en el que la mano izquierda de la mujer se guarece en busca de algo, al tiempo que avanza a toda velocidad golpeando con fiereza la acera.

Bambam bambam bambam, resuena. Como tambores de guerra.

Podría hacer que caminase directa al hombre que lee una revista de medicina estética en la parada del autobús. Trajeado y repeinado, su muñeca presume de un Rolex que mantiene las burbujas de la pegatina de protección y, a sus pies, un maletín a rebosar deja entrever varios papeles que imaginaría una mezcla de folletos de una clínica y facturas sin pagar.

Podría plantearse ser clemente y ordenar con una floritura que el autobús siempre perezoso con la puntualidad llegase extraordinariamente temprano. O podría descartarlo, tacharlo. Podría hacer justicia. No entorpecería la legión de uno que se aproximaría sin vacilar. Que estaría cada vez más cerca. Bambam bambam bambam. Sería inevitable. Bambam bambam bambam.

¡Bang!

Un disparo rasgaría el aire. El hombre caería en un golpe seco. Un charco de sangre estallaría contra el asfalto al mismo tiempo que sus manos se llenan de tinta aun húmeda, excitada y temblorosa. Podría concederle una última pregunta, algo borrosa:

­—¿Por qué?

Y se divertiría componiendo la respuesta:

—Me has convertido en un monstruo y me arruiné para ello, hijo de puta.

Un segundo disparo y la sonrisa triunfal de la venganza señalarían el desenlace, y así su pluma, hábil para transformar a una reliquia de silicona alquitranada en una asesina, se archivaría como el arma homicida.

He visto a un hombre que podría dominar el mundo. No habla, solo observa. Y poseería un don para transformar la realidad. Podría ser un viajante de escaso equipaje que lleva una pluma en una mano, y un bloc de notas en la otra. Y cuando ya no encontrase nada, o cuando se conformase con todo, echaría a andar satisfecho, dejando que el resto de personas crean que siguen siendo dueñas de su propio destino.

Imagen de Trash Riot

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. maya dice:

    ¡Muchísimas gracias por tus palabras, Juan! ¡Para mí es un absoluto placer formar parte de Masticadores y que me hayas dado esta maravillosa oportunidad!

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  2. maya dice:

    ¡Muchas gracias por tus palabras, Juan! ¡Para mí es todo un placer formar parte de Masticadores y que me hayas dado esta maravillosa oportunidad!

    Le gusta a 1 persona

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