
—¿Y la segunda recomendación?
—Me la dio Iván Grigórievich Budiaguin
—¿El ex vice comisario?
—Sí
—¿Sabe usted que ha sido detenido por ser enemigo del pueblo?
—Sí (pág. 490, El Terror, Anatoli Ribakov
Ayer por la mañana, me detuve a mitad de mi escalera, los libros en esta casa están en estanterías que van paralelas en la propia escalera. Mire hacia arriba y en el estante nueve, la última hilera, pude percibir que un libro me decía que debía leerlo. Busqué una escalera y lo pude sacar de allí. En su interior estaba esta frase que abre el artículo. Ya nos hemos olvidado de los “Enemigos del pueblo”. La usaba mucho la izquierda no solo en Rusia sino en España, y hasta en Latinoamérica. Allí metían a todo aquel que no transigía con sus maneras de ver la vida. En algunos sitios ello no se traducía más que en un debate, en otros acababan en las celdas, Siberia y sufrían el lento control del Régimen.
¡Yo fui un enemigo del pueblo! Con tan solo 18 años en las Asambleas de la Universidad (1) me solía levantar a decir lo que pensaba. Desgarbado, con un jersey verde (me había dado por esa tonalidad) con mi vozarrón intentaba desmontar una a una los argumentos de la izquierda oficial, o de la ultra. Era el único Enemigo del Pueblo. Al salir de la Asamblea nos íbamos de copas, ellos por su banda y los tres colegas por la otra. Años movidos, donde el ejército entraba a la Facultad y nos sacaba a todos fuera, pero si estabas en un bar a 50 metros, también lo hacía. Te cacheaban, te miraban los documentos y alguna vez te llevaban preso.
Me marché a Barcelona y ese país se hundió en el asesinato vil. Los desaparecidos fueron sumando. Ahora el Ejército era quien decía cuál era el Enemigo del Pueblo. La democracia a veces desaparece y la suplantan por uniformes e Iglesia con sus rezos (3). Pasaron unos años y regresé de vacaciones (2), un día fui a comer a casa de un amigo quien había sido del otro extremo. Fuera aun pesaba la noche de la Dictadura de las armas. Esa noche luego de la cena, Vicente me llevo hasta la cocina, abrió dos cajones del final y escondido había allí un libro. Con orgullo puso en mis manos ese libro grande, pesado y de hojas marrones. Su título ponía: Manuel del Marxismo Leninismo. ¡Una Biblia! Tal vez, ya no me consideraba enemigo del Pueblo.
Tal vez.
- Año 1974
- Año 1977 o 78
- Esta lista muestra los nombres y apellidos de 8589 personas consideradas en calidad de detenidos desaparecidos en Argentina durante la dictadura cívico-militar Argentina autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). La mayor parte de las desapariciones ocurrió durante la ejecución del Plan Cóndor. Link
Facsímil de los Hijos de arbat, donde aparece Iván G Budiaguin https://docplayer.es/2848672-Las-cartas-sobre-la-mesa.html
Creo que era ayer o anteayer. En uno de los 200 canales de TV emitían una peli que trataba sobre los detenidos arrojados desde los aviones al río.
Por supuesto, no tengo estómago para esas cosas.
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Ahora, lo que se está poniendo de moda no es calificar a alguien de «enemigo del pueblo». Ahora lo que se lleva es calificarlo de ¡MACHISTA!
Una analfabeta jurídica se mete a legislar, la advierten de que la está fastidiando, promulga la ley y cuando se confirma que efectivamente, es una analfabeta jurídica, la culpa es de los machistas de los jueces, de los médicos y de quien sea.
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Si, han cambiado el adjetivo,,, interpretación de un juez machista. La diferencia que antes iban a la cárcel o desaparecían, ahora lo denigran socialmente
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