“Hace algunos años, apareció en el periódico un artículo, no lo leí sino que me lo contaron, acerca de un yogi indio que se había comido un coche. No todo de golpe, sino poco a poco. Había empleado un año para ello. Mirad, a mí una historia como ésta me estimula en seguida la imaginación. ¿Cuánto habrá aumentado de peso? ¿Cuántos años tendría? ¿Tenía todo los dientes? ¿También se comió el carburador, el volante, la radio? ¿Y el coche, de qué marca era? ¿Y el aceite, también se lo bebió?
Expliqué esta historia a un grupo de niños de tercera de básica en Owatonna, Minnesota . Estaban sentados encima de una alfombra azul, frente a mí. Al final parecían confundidos. Me hicieron las preguntas más obvias: ¿Por qué se ha comido un coche?, y luego comentaron: Ugh! Pero uno de ellos, un chiquillo de ojos oscuros y cabellos enmarañados que será mi amigo para toda la eternidad, se limitó a mirarme y luego estalló en una estruendosa carcajada, y yo también me puse a reír. ¡Era fantástico! ¡Un hombre se había comido un coche! Era una historia absolutamente ilógica, completamente absurda”. Natalie Goldberg (1)
Cuando dirijo Masticadores intento convertir lo increíble en posible. Me refiero a que el talento se desarrolla con la mirada del niño/a. Siempre digo: ¡Tengo una idea!
Luego viene el trabajo duro, de horas para adecuar esta realidad a las herramientas digitales, a espacios donde los lectores o los/las escritores lo vean posible. Nada está decidido hasta que aquella idea llega a su fin. A veces se frustra, pero a veces esa frustración me conduce al verdadero acierto. Esta es la historia de Masticadores, en dar vida a ideas con capacidad para ser aceptadas y convertidas como propias por la comunidad en la que trabajo. Ya la acepten o la rechacen, sé que detrás esta esa posibilidad, pero en ambos casos solo resiste el cambio cuando este se desarrolla y manifiesta, y este es un trabajo duro. Luego todos lo ven como algo normal. Luego todos disfrutan de ese avance que les hace libres. Algunos opinan que la cultura es algo fosilizado, en mi caso la cultura son las ideas que cabalgan e invitan a ser poseídas.
Dice al respecto Natalie Goldberg: “Si me ponéis delante de hormigas y de elefantes, estoy convencida de que en cada ocasión sabría cuál de los dos es el elefante y cuál la hormiga. Por consiguiente, la metáfora debe nacer en una región muy distinta a la de la lógica y la racionalidad. Nace de una postura de gran valor, de una gran disponibilidad para salir de nuestro modo preconcebido de ver las cosas y abrirnos hasta el extremo de que logremos verla”.
Y esa es la solución que surge del talento, en todas las esferas de las profesiones. Ayer una persona me mostraba una hoja de Excel, en ella reflejaba la programación de todo el departamento de una gran empresa. Él había logrado visualizar las tareas de un año de todos sus miembros. Ahora llegaba el momento de convencerles de que el camino era estupendo si todos planificaban sus esfuerzos.
Era fantástico! Un hombre se había comido un coche! (2) Si entendemos así el talento y la cultura lograremos que los lectores participen de nuestras vidas.
Notas:
(1)(2)Natalie Goldberg, El Gozo de escribir.