By j re crivello
Yo tengo mentalidad de fugitivo
He encontrado esta frase en mis notas del móvil. El frio de esta mañana dificulta ponerse en marcha. Parece que el escritor que hay dentro esta haragán y sujeto a controles del subconsciente. Algunos le han puesto el nombre del síndrome de la hoja en blanco del escritor/ra.
Por ello, vuelvo a esa maltrecha frase. Cuantos están encerrados por lo que sea y respiran por salir. Sus días están detrás de varias puertas y sometidos al gusto o normas de su carcelero. Y el carcelero es un prisionero más. Entra a un espacio para vigilar durante 8 horas. Cumple un cierto castigo que le deja allí invitándole a encerrarse.
En nuestras vidas pasamos años en que aceptamos una prisión mental que nos mantiene fuera de la creatividad y el talento. Experimenté algo así a los 20 años, era en Atenas (Grecia); en un largo viaje en AutoStop que hice por media Europa. Durante unos meses iba a una plaza y me quedaba a solas sentado en un banco. Parecía como si la vida me hubiera dejado abandonado en una isla urbana. Por alguna razón mantuve esa actitud dos meses. El punto de llegada era por la mañana y a la tarde salía de aquel cascaron mental.
Ayer unas cifras sobre la depresión me resultaron escalofriantes. Decía la noticia que 700.000 españoles sufren alguna forma de depresión.
Las cárceles del alma son invisibles. Entran despacio y te hielan. Te someten a una manera de concebir la vida que te aleja de los estímulos, y los observas, como si no fuera contigo. Ahora se viven tantos años que alguno de esos largos días que visitamos nos puede atrapar en este desierto de deseos.
Estos episodios ya ni Netflix lo soluciona. Por ello una buena disciplina mental, incluida actividades deportivas ayuda a estar despierto ante la tan temida pérdida de la motivación de vivir.
No hay recetas. Solo amar y ser amado. Aunque todos sabemos que en esta sociedad líquida el amor es esquivo. Esa chispa, muchos/as, la asocian al compromiso y muchos navegantes la esquivan. Prefieren un dialogo diario con sus perros…