Re—significar (3) Amores imprevistos

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by j re crivello

Cuando uno regresa al pasado, pequeños gestos anticipan conductas del futuro. Hace años, con 19 años en mi paseo de autostop por media Europa, durante unos meses dormíamos en una plaza en verano frente a la estación de tren. Solo teníamos el césped, los árboles y el saco de dormir. No había más que ese contacto. O, tal vez no. Cada cierta noche aparecía una mujer de mi edad y todo acababa en sexo en ese minúsculo espacio.

Ella no hablaba inglés, aun no comprendo cual era el significado de esta relación. Tal vez, en las relaciones donde media el sexo como visita nocturna, nosotros escapamos a la cita mayor: la de la conversación y el conocimiento del otro.

Siempre lo he contado, hubo un periodo de mi vida en que esas citas furtivas aparecían cerca de las estaciones de tren. Aquellos espacios en los cuales vamos de paso. Algunos llevan sus planes y todo transcurre en acertar la hora de tu próximo tren o avión. En otros/as, su vida camina más despacio. Conocen su hora de salida pero se estiran buscando aquella historia que les suponga una captura del tiempo y el deseo.

Alguno se preguntará: ¿Dónde está esta gente? Solo hay una manera de saberlo, caminar o tomarse un café y mirar. Las citas construidas o anudadas con miradas, son joyas que se construyen aparentemente en la ingenuidad; aunque detrás, dos almas solitarias acceden a preguntarse si aquello es genuino o tan solo un error.

Solo podemos saber si es genuino destapando la intriga, la seducción o… perdiendo el tren.

Doy fe que aquella magia existe. Hace años tenía un amigo muy seductor que vivía en un piso frente a varias paradas de autobús. Su técnica consistía en asomarse al balcón y elegir a alguien que esperaba. Luego bajaba y se ponía en la fila del bus y cual casualidad entablaba la conversación con quien había visto desde el balcón.

Aunque deseamos que todo sea genuino e inocente, detrás de muchos contactos aparece una sutil necesidad de conocer, al otro y abrir una nueva etapa en nuestras vidas.

Y si no… pruebe.

Nota: El programa de citas de Tele 5 (Firts and day, es como un hangar gigante de estación de tren. Allí se produce la magia o no.

Nota 2:

“Cuando el sol empezó a teñir de rosa las aguas plateadas del lago, Lucrecia tomó la mano de su hermano y lo condujo hasta el viejo pabellón de caza. Cesar encendió un fuego y ambos hermanos se tumbaron desnudos sobre la suave alfombra de pieles blancas” pág 383, Mario Puzo, Los Borgia.

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