Para García Ortiz, «el perjuicio patrimonial para la Administración, resultado del delito de malversación, no es equiparable al «enriquecimiento personal de carácter patrimonial»».
O sea se puede robar al Estado siempre que no sea para enriquecernos personalmente.
A qué nivel de degradación moral ha llegado este jefe de los fiscales del Estado!