Sanchéz… Adiós y buena suerte, —y sin rencores by j re crivello

Se pueden decir muchas cosas de los temas de liderazgo, pero pocas veces de lo ocurrido en estos días. Me refiero a lo que corre en boca de todos, el supuesto abandono por amor de Sánchez de sus responsabilidades de primer ministro (y tal vez de su cargo en el gobierno de España).

Esta manera tan despectiva de tratar a sus seguidores, e inclusive a los colaboradores en los cuales su reflexión asume el nivel de desconcierto y silencio; como si de borregos tratara. Debo confesar. No deja de sorprenderme. El nivel de los políticos en España deja mucho que desear, con la mediocridad y las respuestas tan poco estudiadas que desprestigian las instituciones.

Pero este final, abrupto, demoledor sin más explicación que un cabreo, donde dice mucho de quien hablamos, ha roto todos los límites.

Hace unos días a un colega votante socialista, le decía: “en 6 años de gobierno de Sánchez, la socialdemocracia no pasa del 30 % de votantes”. Mi amigo rebatía con varios argumentos pero siempre se imponía la fatídica cifra.

¿Estará eso en la cabeza del ansiado líder que se marcha? Porque podemos decir muchas cosas de Sánchez, pero sus continuos giros, entre silabas, cambios de opinión, y hasta poca fidelidad con los que le rodean son comentados por la prensa en general. Y en todos esta la ambición por aumentar la cuota de poder y los resultados que vayan más allá de ese 30 .

Nada le ha dado el resultado buscado. Y el tiempo cual oruga juega en su contra. Con el enredo vienen las dificultades y con ello el desgaste personal.

No hay nada más detrás, que esta ruptura con su anterior vigor para tramar historias, acuerdos y lecturas diferentes resumidas: “donde yo dije, ahora he cambiado y digo”

Y, el tiempo le ha atrapado. Le ha puesto ante la dificultad de superar el listón en que esta inmersa la socialdemocracia europea y Sánchez en particular.

¿Se marchará el lunes? Tal vez ya se haya marchado. Su desnudez ante la política que convence, es evidente. Ya solo convence a los suyos más cercanos. Ya su traje bien planchado, su cara juvenil y su inglés, no son suficientes para gobernar a una sociedad como la española que acumula ciertos problemas. Se impone una nueva página que actualice las tendencias y que no aparezca como si el gobierno está aquí desde hace 6 años para hacer políticas de progreso. Eso, eso ya no se lo cree nadie.

El líder esta desnudo. Sin fe, sin políticas, sin convencimiento. Detrás vendrán los problemas acumulados. Detrás este gran país deberá asumir sus dificultades y resolverlas mediante pactos, que no es lo mismo que acuerdos. En los pactos se asumen las dificultades por ambas partes. En los acuerdos la política egoísta de Sanchez, asumía que donde íbamos daba igual mientras su base de poder se mantuviera. Pero… ahora se necesitan pactos. Y Sánchez no es el líder adecuado.

Su viaje ya está terminado. El líder está desnudo.