El jardín de los senderos —01 by j re crivello

“Mi padre refería que antiguamente […] la lotería de Babilonia era un juego de carácter plebeyo. Refería que los barberos despachaban por monedas de cobre rectángulos de hueso de pergamino adornados de símbolos.

Naturalmente, estas loterías fracasaron. Su virtud moral era nula. No se dirigían a todas las facultades del hombre: únicamente a su esperanza” (pág. 54, Jorge Luis Borges, El jardín de senderos que se bifurcan)

Y la esperanza es una de las naturalezas de los Sapiens que más nos atraen. Cuando fallece un familiar, la familia se sacude, se encoge. Y esa combinación entre vivos y muertos de nuestro árbol familiar sufre una alteración.

La esperanza es asediada en esos días por el dolor y el duelo. Pero la esperanza recibe muchas otras preguntas en nuestra vida, tales como: mis niños/as, crecerán fuertes y sanos, mi negocio o profesión aguantaran el envite de los cambios del país, mi amada/do estará a mi lado más allá de mis años jóvenes. Y podríamos seguir.

Cada minuto de vida es una apuesta por la libertad y el logro de amor. Cada minuto se nos parece como conflictivo y esta unido a cierta dificultad.

Solo la esperanza mantiene entre nosotros ese fuego con capacidad de re-inventarnos.

Dedico este artículo ala Sra. X fallecida el sábado.